Nota del director
Lola... drones es mi ópera prima, un argumental, con tono documental, basada en hechos de la vida real, como la historia de LOLA, un crimen pasional que sucedió hace algunos años en Barrio Triste, cometido contra una mujer de 22 años, con una hija.
LOLA busca sacar adelante a su familia, bajo la amenaza de un ex jefe paramilitar, preso y obsesionado con ella. Es Es una historia de amor y de hermandad, LOLA, como protagonista y eje articulador de las subtramas, me permite revelar otras realidades, esos “otros mundos” de las calle de Medellín y de los personajes típicos que la sobreviven: madres cabeza de familia, ladrones, escaperas, adolescentes y mecánicos callejeros.
Además Además el trabajo de muchos años con actores naturales, y mi conocimiento de sus historias personales me dan la cercanía necesaria para, a través de primeros planos, develar la intimidad de la vida de LOLA y de los demás personajes, que va más allá del drama personal y conduce al espectador a mirar el drama colectivo de unos jóvenes presos de la violencia.
La puesta en escena, esta construida desde una realidad desconocida para muchos y en peligro de extinción por la transformación de la ciudad: la cárcel de San Quintín, el hotel El Descanso de Guayaquil, los bares de Barrio Triste, conservan los hechos significativos de la vida real de los personajes y parte de la historia de la ciudad. Cada
uno de estos lugares son también personajes, que contribuyen a construir el signifi-cado de la historia.
El tango, como género musical, ubica la película en un contexto urbano, marginal. Los acordes musicales del tango hacen énfasis en esos lugares del centro de Medellín, bares, hoteles y calles, habitados por esos seres llenos de encanto y de peligro que deambulan en la noche. De hecho, la película Lola… drones es un cubo de colores que supera los clichés de las expresiones vulgares, que se nutre de la visión de lo poético de la vida de la calle y de los barrios populares, que prefiero calificar de surrealista: otro punto de vista de ese “otro mundo”, que no pareciera tener memoria en el proceso de transformación social y cultural que vive la ciudad de Medellín y que, sin embargo, está arraigado a sus entrañas.
LOLA busca sacar adelante a su familia, bajo la amenaza de un ex jefe paramilitar, preso y obsesionado con ella. Es Es una historia de amor y de hermandad, LOLA, como protagonista y eje articulador de las subtramas, me permite revelar otras realidades, esos “otros mundos” de las calle de Medellín y de los personajes típicos que la sobreviven: madres cabeza de familia, ladrones, escaperas, adolescentes y mecánicos callejeros.
Además Además el trabajo de muchos años con actores naturales, y mi conocimiento de sus historias personales me dan la cercanía necesaria para, a través de primeros planos, develar la intimidad de la vida de LOLA y de los demás personajes, que va más allá del drama personal y conduce al espectador a mirar el drama colectivo de unos jóvenes presos de la violencia.
La puesta en escena, esta construida desde una realidad desconocida para muchos y en peligro de extinción por la transformación de la ciudad: la cárcel de San Quintín, el hotel El Descanso de Guayaquil, los bares de Barrio Triste, conservan los hechos significativos de la vida real de los personajes y parte de la historia de la ciudad. Cada
uno de estos lugares son también personajes, que contribuyen a construir el signifi-cado de la historia.
El tango, como género musical, ubica la película en un contexto urbano, marginal. Los acordes musicales del tango hacen énfasis en esos lugares del centro de Medellín, bares, hoteles y calles, habitados por esos seres llenos de encanto y de peligro que deambulan en la noche. De hecho, la película Lola… drones es un cubo de colores que supera los clichés de las expresiones vulgares, que se nutre de la visión de lo poético de la vida de la calle y de los barrios populares, que prefiero calificar de surrealista: otro punto de vista de ese “otro mundo”, que no pareciera tener memoria en el proceso de transformación social y cultural que vive la ciudad de Medellín y que, sin embargo, está arraigado a sus entrañas.